José Antonio Fernández Rosuero y los alcaldes de PP y PSOE de Campillo y Adrada de Haza reclaman soluciones reales que cubran las necesidades de su Zona de Salud.
Alcaldes de tres fuerzas políticas (Ciudadanos, PP y PSOE) de la comarca ribereña se han unido para lanzar públicamente una reclamación que hace meses que llevan haciendo y a la cual todavía no se les ha dado respuesta, la sanidad en el mundo rural. Y es que la falta de médicos de familia en los pequeños municipios está causando no pocos trastornos para los habitantes de los pueblos ribereños.
José Antonio Fernández Rosuero, alcalde de Hontangas, Teodoro Bartolomé de Campillo de Aranda y María Elena Miguel de Adrada de Haza son los tres ediles que han convocado este jueves a los medios de comunicación para hacer un llamamiento a la administración regional con el fin de que tome cartas en el asunto. Poblaciones con cuatro días de consulta a la semana (Adrada), tres días (Campillo) y dos días (Hontangas) que a día de hoy ven cómo muchas semanas apenas se pasan una o dos consultas y en días que no corresponden. Se dan muchos casos de personas que acuden a una consulta programada con anterioridad que tienen, después de esperar en el consultorio, que marcharse a casa al no poder acudir el médico correspondiente.
En cuestión de médicos los datos indican que aproximadamente son siete las plazas de médicos de familia en la Ribera del Duero que han quedado vacantes debido a jubilaciones o a traslados. Un número que crecerá en los próximos días con las jubilaciones de los facultativos de Villalba de Duero a finales de año y de Gumiel de Izán a principios de 2019. “Los médicos hacen lo que pueden, pero nos atienden de mala manera, unos días a una hora, otros a otra y muchos días sin consulta”, explica el alcalde de Hontangas advirtiendo que el coordinador médico “se tiene que romper la cabeza para que no nos falte la atención sanitaria”.
Hace más de un mes estos alcaldes mantenían una entrevista con la gerencia de Primaria “y dijeron que en breve estaría resuelto, pero a fecha de hoy no sabemos nada”. “Y ahora empezaremos con el periodo preelectoral y no tardarán en venir a darnos buenas palabra”, continúan criticando.
No entienden los alcaldes ribereños cómo en un momento en que tanto se habla de la despoblación no se apueste por la sanidad en los pequeños pueblos. Porque la posible solución que aportaban desde el colegio de médicos de Burgos de aglutinar consultorios a cambio de un servicio de transporte no es la adecuada para los responsables de los ayuntamientos. “Esa medida del colegio de médicos es errónea si el objetivo final es que los pueblos se mantengan. Si es así no se pueden quitar servicios, con los colegios se ha hecho parecido y el tema de sanidad es mucho más sensible”, manifiestan los ediles.
A ello se une el problema que se crea en las urgencias de Aranda, añaden, incidiendo en que la falta de una atención Primaria adecuada conlleva, como está ocurriendo, a la sobrecarga de los servicios de urgencias. También entienden que esta situación repercute en los propios médicos que ven como se multiplica su trabajo, al igual que ocurre con el área de enfermería.