El concejal de Cs, Vicente Marañón, entiende que el último escándalo del Samyt relativo al absentismo así como el cobro de las pagas extraordinarias por parte de los trabajadores de baja son el “colofón” a una gestión lamentable que ha llevado a este servicio a una situación operativa y financiera insostenible e incompatible con la confianza necesaria en un directivo.
Burgos, 8 de marzo de 2017. Vicente Marañón, ha comparecido esta mañana en rueda de prensa para valorar un nuevo episodio en la ya larga serie histórica de despropósitos del Samyt. A la situación ruinosa del servicio, la pérdida de pasajeros, la ocupación ridícula de sus vehículos y la ausencia de una estrategia o criterios de planeamiento y funcionamiento se une el problema de absentismo denunciado por Ciudadanos el pasado mes de febrero.
Después de consultar a la dirección del servicio y al comité de empresa parece evidente que, al menos desde 2008 (según los trabajadores), y con anterioridad a ese año (según el propio Samyt) una peculiar interpretación del convenio colectivo firmado en el año 2002 “habilitó” a la dirección del Samyt para abonar el prorrateo de las pagas extra (devengadas por períodos de seis meses) a los trabajadores de baja sin que este pago repercutiese en el importe que les era abonado en las pagas extraordinarias abonadas en junio y diciembre de cada año. De esta manera, un trabajador que estuviera de baja seis meses al año podría recibir una cantidad cercana a una tercera paga extraordinaria ese año.
Marañón considera esta situación como “un potente estímulo para el absentismo en el Samyt al recompensar económicamente a los trabajadores en IT”. El concejal de Ciudadanos ha enmarcado esta lamentable anomalía en el contexto de desgobierno que ha afectado tradicionalmente al Samyt y que tan alto coste ha tenido para Burgos y los burgaleses, tanto en mal servicio como en ruina económica. Asimismo ha recordado que el déficit anual del Samyt (en 2016 alrededor de 9 millones de Euros) es superior, por ejemplo, al importe de las inversiones financieramente sostenibles de ese mismo año (8,75 millones de Euros).
Marañón ha querido recordar que la situación actual es consecuencia de la tradicional desidia por parte de sucesivos equipos de gobierno hacia un servicio esencial para la ciudad. De esta manera, el Samyt ha tenido presidentes tan pintorescos como Arias (anestesista), Malvido (¿?), Rebollo (examinador de la DGT) o Conde (¿?) hasta la llegada de Jorge Berzosa (éste sí, ingeniero de caminos). Las consecuencias de la falta de aptitud para el puesto y, con demasiada frecuencia, de la actitud necesaria para asumir responsabilidades ha generado la situación actual. Marañón no ha querido dejar de señalar el hecho de que la gerente del Samyt, Patricia Cecín, lejos de aportar sentido común en un sistema de pago de las nóminas que podía estimular el absentismo en el servicio hasta alcanzar cifras escandalosas (20% de la jornada laboral) dedicaba su tiempo a pleitear con el Ayuntamiento para recuperar el 30% del salario que había “perdido” en el contexto general de recortes en la administración pública como consecuencia de la crisis.
Considerando la trayectoria de la Sra. Cecín desde que asumió el puesto en 2011, los pobres resultados de su gestión y situaciones como las anteriormente descritas, el Grupo Municipal de Ciudadanos solicita al presidente del Samyt y al alcalde de la ciudad el cese inmediato de sus responsabilidades como gerente al no contar con la confianza necesaria para el desempeño de sus funciones de alta dirección.
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