EN EL NOMBRE DE BURGOS
Gloria Bañeres. Portavoz del Grupo municipal de Ciudadanos
Qué fácil es utilizar el nombre de la ciudad de Burgos y qué difícil demostrar, a la hora de la verdad, lo que se está dispuesto a hacer en favor de ella.
Claro ejemplo de lo que digo se ha puesto de manifiesto estos últimos días con el manido tema del “Consorcio del desvío del ferrocarril”: unos y otros enarbolamos la bandera de la ciudad, pero en manos de todos radica la clave que puede solucionar este grave problema.
Desde el Ayuntamiento no se ha conseguido aún fijar una postura común de todos los grupos municipales en defensa de los intereses de la ciudad. Y es responsabilidad de los que conformamos el máximo órgano de representación de los vecinos llegar a un acuerdo; por eso, llamo desde estas páginas al resto de portavoces de los grupos municipales y al Alcalde de la ciudad a proseguir con la negociación, a lo largo de este mes de Agosto, hasta llegar a una postura común. Ésta será nuestra penitencia por no haber sido capaces de arbitrar antes una solución para la ciudad.
El resto de actores, en especial las entidades acreedoras, dos de ellas muy vinculadas con Burgos, ha mantenido férreamente su postura en defensa de sus créditos y parece harto difícil que ese escenario cambie si no se adoptan medidas drásticas.
En relación con la Fundación Caja Burgos y la Fundación Caja Círculo, que se presentan como sucesoras de las antiguas Cajas de Ahorros, se han negado en rotundo a asumir cualquier responsabilidad en este asunto y, con esta postura, pueden abocar a la ciudad a una situación muy delicada.
Y digo abocar, porque desde el Grupo municipal de Ciudadanos se trasladó a ambas Fundaciones una propuesta de solución del problema que aparecía como satisfactoria para todas las partes implicadas, grupos municipales, salvo el gobernante, y las propias entidades acreedoras y que exigía de las Fundaciones un gesto en favor de la ciudad.
De acuerdo con nuestra propuesta, las actuales Fundaciones, que no son sino las antiguas Cajas de Ahorros que llevaban en su razón social el nombre de Burgos, asumían junto al Ayuntamiento la responsabilidad de la deuda del Consorcio si existiera, una vez disuelto y liquidado todo su patrimonio.
Para ello apelábamos, y lo seguimos haciendo ahora, a razones históricas, pues la Fundación Caja de Burgos proviene de la extinta Caja de Ahorros Municipal de Burgos, quien fue creada por acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Burgos de fecha 31 de octubre de 1925 y fue en las propias dependencias de éste dónde se ubicó su primera oficina.
Y apelamos también a razones más prosaicas, pues ambas Fundaciones han participado en la gestión de este Consorcio, con exclusión de otras entidades, y han obtenido ingresos de la venta del patrimonio de éste, así como beneficios del negocio financiero desarrollado en su día por las antiguas Cajas de Ahorros, hoy entidades bancarias de las que son accionistas.
Por otro lado, el riesgo asumido por éstas resultaría razonable, pues se pretende que compartan entre las tres entidades, ambas Fundaciones y el Ayuntamiento, la deuda del Consorcio calificada como “sostenible”, es decir, aquélla que puede ser saldada con la venta de sus activos. Y, además, se difiere en el tiempo esta situación hasta el momento de la liquidación total del Consorcio, al menos 15 años. Por otra parte, como accionistas que son en la actualidad estas Fundaciones de las entidades acreedoras del Consorcio, Caixabank e Ibercaja, siempre gozarán de un trato privilegiado en el supuesto de resultar finalmente responsables de alguna parte de la deuda.
En fin, se les proponía a ambas Fundaciones un gesto de buena voluntad con la ciudad que tanto les ha dado y favorecido, o lo que es lo mismo, se les instaba a cumplir con su “responsabilidad social corporativa”.
Este gesto, permitiría la continuidad del Consorcio, el pago aplazado de la deuda en 15 años y la puesta en valor de los inmuebles de su propiedad que presumiblemente, con el tiempo, disfrutarán de una revalorización. Al menos así lo han apreciado los profesionales que han elaborado un Informe a instancias de las propias Fundaciones que gestionan el Consorcio.
Pues bien, a pesar de todo ello, las Fundaciones se han negado en rotundo a tener este gesto con la ciudad de Burgos y nos han abocado a una posición comprometida que está también en sus manos resolver.
Por ello reiteramos, en estas líneas, esta propuesta que podría solucionar el grave problema económico que el Consorcio arrastra desde hace años. Probablemente nuestra propuesta no sea la única, ni la mejor, pero tampoco hemos recibido ninguna otra alternativa.
Es el momento de demostrar que actuamos en el nombre de Burgos.